>>3810¿Por qué la gente no quiere revolución y se esfuerzan por mantenerse oprimidos?
* Gilles Deleuze y Félix Guattari abordan esta cuestión en "El Anti-Edipo", donde exploran las razones por las cuales las personas a menudo aceptan o incluso defienden su propia opresión. Aquí hay algunos puntos clave de su análisis:
Mecanismos de Control y Deseo: Deleuze y Guattari argumentan que el capitalismo tiene la capacidad única de captar y canalizar el deseo. En lugar de reprimir el deseo, el capitalismo lo produce y lo orienta hacia objetos y prácticas que refuerzan el sistema. Las personas se ven atrapadas en una red de deseos que, aunque creados por el sistema, se sienten auténticos y personales.
Subjetividad y Poder: El poder no se ejerce solo a través de la coerción directa, sino también mediante la producción de subjetividades. Las personas internalizan las normas y valores de la sociedad capitalista, viéndose a sí mismas y a sus deseos reflejados en el sistema. Esto lleva a que incluso los deseos de cambio o revolución se reencuadren dentro de los límites aceptables para el capitalismo.
Micropolítica y Segmentariedad: Deleuze y Guattari enfatizan la importancia de la micropolítica, las pequeñas y cotidianas formas en que el poder opera en nuestras vidas. Las estructuras de poder están segmentadas y distribuidas a través de múltiples instituciones y prácticas, haciendo que la resistencia sea fragmentada y difícil de coordinar.
Edipo y Familia: En "El Anti-Edipo", critican la forma en que la estructura familiar nuclear edípica refuerza las jerarquías y el poder del Estado y el capital. La familia reproduce subjetividades conformistas que aceptan la autoridad y la jerarquía como naturales e inevitables.
Fascinación con el Poder: Deleuze y Guattari también exploran cómo las personas pueden sentirse fascinadas o atraídas por el poder y la autoridad. Este fenómeno puede explicarse por el deseo de seguridad, identidad y pertenencia que el poder parece ofrecer.
En resumen, según Deleuze y Guattari, la gente no necesariamente elige conscientemente mantenerse oprimida, sino que su subjetividad y sus deseos son producidos y canalizados de manera que refuercen el sistema existente. La revolución no solo requiere un cambio en las estructuras económicas y políticas, sino también en las formas en que entendemos y experimentamos el deseo, el poder y la subjetividad.